A esta hora, quizás la noticia ya recorrió el mundo y todos la conocen. La madrugada del sábado 27 de febrero, a las 3.30 horas, se registró en el vecino país de Chile, un terremoto de fuerte intensidad, de unos 8,5 grados en la escala Ritcher, con epicentro a 339 kilómetros al sudeste de Santiago de Chile. El mismo duró bastante tiempo, un poco más de 1 minuto, con una réplica ocurrida 10 minutos después.Asimismo, el Servicio Geológico de Estados Unidos extendió una alerta de maremoto para todo el Pacífico.
Las consecuencias del mismo, obviamente tambien se sintieron en varias provincias argentinas, como en Mendoza, Neuquén, Río Negro, San Juan y Santiago del Estero.
Específicamente en la ciudad de Bariloche (donde me encuentro ocasionalmente) , el sismo se sintió a eso de las 3:34 de la madrugada.
Por la hora del hecho, la mayoría de la gente se encontraba durmiendo, pero como también le ocurrió a la mayoría, la fuerza del movimiento logró despertarme. En un primer momento, no entendía lo que estaba ocurriendo, porque solo sentía que se movía la cama, pero ya más despierto, caí en cuenta que se trataba de un movimiento sísmico.
La sorpresa dejó paso a la preocupación, ya que el movimiento continuaba y no se detenía (mas o menos por término de 1 minuto). El mareo, el sonido de algunos muebles y el suave crugir del techo de madera (incluso luego de concluido el movimiento sísmico), lograron convencerme de levantarme de la cama y acercarme al marco de la puerta.
Allí observé que varias personas, tambien habían salido a ver que estaba pasando. La propia gente comentaba la ventaja de las construcciones antisísmicas y la obligación de estos sistemas para los permisos de construcción, en esta zona.
Esta situación (de las construcciones antisísmicas) y el hecho de que el epicentro del sismo no ocurrió en un gran centro humano, redujeron la cifra de muertos, que hasta el momento asciendo a más de 300.
Así lo vivimos desde Bariloche, con sorpresa y también con un toque de preocupación, sabiendo que quizás, en algún otro lugar, el daño habría sido grande.
Así mismo, al día siguiente, en la madrugada de este domingo 28 de febrero, una fuerte réplica del temblor (que ya dejó al menos 300 muertos y más de dos millones de damnificados, según informes brindados por la titular de la Oficina Nacional de Emergencia), se sintió fuerte en la capital chilena. La réplica en Santiago de Chile sacudió hoy algunos edificios de la capital del país, según testigos. El Instituto Geofísico Estadounidense (USGS), a su vez, anunció que el nuevo temblor fue de 6,2 grados de magnitud según la escala de Richter y que se registró a 63 kilómetros de Talca y a 181 kilómetros de Santiago de Chile.
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